"Que nadie espere que bajen un 30% ó un 40%, antes se los regalo al banco." Curiosas palabras. Dejan traslucir la soberbia. La ira de quien ve como todo su imperio se desmorona. Como todo el poder acumulado se diluye ante las nacionalizaciones.
Permiten entrever la contrariedad provocada por el cambio de aliados. Ahora no consiste en pactar con entidades bancarias los acuerdos más ventajosos. A espaladas del mundo.
El nuevo compañero de fatigas es el estado. Mucho más voluble. Más pendiente de las encuestas que de los beneficios. Deber ser complicado admitir la derrota. Todo un signo de caballerosidad morir matando. Pero hace tiempo que el feudalismo fue abolido.
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